miércoles, 18 de marzo de 2015

Sobre mis comienzos..



Desde siempre tuve tendencia a la quietud. Sentarme a contemplar el entorno por lapsos de tiempo indeterminados. El cielo era uno de mis paisajes predilectos. Y fue ahí, durante esos periodos de relajación que comencé a experimentar sensaciones intensas en el pecho que venían acompañadas de chispazos de entendimiento inexplicables. Era como si de repente me diera cuenta de algo concreto, y seguidamente aparecía esa extraña sensación en el pecho, tan intensa como agradable. En ese preciso instante una certeza desconocida para mí en ese entonces, me envolvía por completo. No sabía por qué sentía ese tipo de cosas y mucho menos qué significado tenían. Y no fue sino hasta que di con Un Curso De Milagros, con toda su teoría y sus prácticas, que comencé a comprender.

Aplicando las enseñanzas del Curso de la manera más sensata posible para mí en ese entonces, volví a experimentar la misma sensación intensa agradable e inconfundible en el pecho. Así fue que pude reconocer que mis experiencias previas a conocer las enseñanzas de UCDM no eran ni más ni menos que experiencias de presencia, las cuales tenían lugar a raíz de mi afán por aquietarme y no hacer nada; incluso por momentos llegaba a no pensar en absoluto, y era en esos espacios, en esos instantes, que tenían lugar mis experiencias. Estaba meditando sin siquiera saberlo.

Muchas personas recorren un camino a través de distintas enseñanzas y prácticas espirituales buscando hallar esa experiencia que transforme su vida. En mi caso se puede decir que comencé al revés; primero tuvo lugar la experiencia y luego vino la teología que me dio un marco de referencia. Ahora puedo elegir aquietarme y experimentar la presencia del Ser, pero de forma totalmente consiente. Así es que experimento el Amor y la Paz que no son de este mundo.